Érase una vez un hombre tímido y reservado, honesto y servicial.
Érase una vez un hombre atento, dedicado y buen marido.
Érase una vez un hombre trabajador y cumplidor.
Érase una vez un hombre fiel.
Pero (érase una vez) que ella lo encontró.
Y el hombre empezó a vivir.
diumenge, 26 d’abril del 2009
pensó Berenice el 4/26/2009 08:50:00 a. m.
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3 comentaris:
M'agrada
té un punt de pervers o m'ho sembla a mi?
mmm a veure, quina perversió hi veus tu?
de tenir-lo, el té..
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